(CNN) — El exvicepresidente Mike Pence tiene planes claros sobre el trabajo de Joe Biden. Pero por ahora, el posible candidato republicano de 2024 puede haberle hecho un favor al presidente. Y también podría haber hecho un último favor a su antiguo jefe, Donald Trump.
El descubrimiento de documentos clasificados en la casa de Pence en Indiana, como informó por primera vez CNN este martes, alivió las dificultades de Biden para explicar que él mismo poseía material de ese tipo de su propia vicepresidencia. Y convirtió a Pence en el hombre más popular de la Casa Blanca este martes. La estruendosa saga de los documentos secretos tenía un nuevo testaferro.
El episodio implicó una gran vergüenza para Pence, exponiéndolo a burlas y a acusaciones de hipocresía por haber reclamado una superioridad moral sobre Biden cuando el presidente fue criticado por guardar documentos. Entonces, el republicano de Indiana dijo que él no tenía ningún documento clasificado en su poder.
Los asistentes de Biden aprovecharon la oportunidad de hacer una comparación más inocua entre el comportamiento del presidente y el de Pence, que la más dañina que se había sugerido entre Biden y Trump, quien parece estar en un problema mucho mayor por su tormenta de documentos clasificados.
Y a primera vista, la comparación parece justa. Ni Pence ni Biden parecen haber obstruido los intentos de los investigadores una vez que se descubrieron lotes modestos de documentos en sus hogares, incluso si el manejo de la crisis por parte de la Casa Blanca ha sido lento y, a veces, hasta engañoso para el público. Ambos devolvieron el material cuando fue encontrado. Y los dos pueden argumentar que la transferencia de material a sus casas particulares fue accidental.
Un funcionario le dijo al corresponsal en jefe de la Casa Blanca de CNN, Phil Mattingly, que el caso Pence era un “ejemplo útil” de otro exvicepresidente que lidiaba con problemas derivados de una transición al dejar el cargo. La fuente también señaló que Pence, como Biden, dijo anteriormente que no tenía conocimiento de tener documentos clasificados.
Trump, por el contrario, tenía cientos de documentos, afirmó que eran suyos, pareció encubrir lo que tenía, acusó al FBI de plantar material incriminatorio e incluso afirmó de manera extraña que tenía el poder de desclasificarlos.
Trump busca explotar el malestar de Pence
Aún así, si bien las revelaciones de Pence claramente le hacen un favor a Biden, también brindan una oportunidad política inadvertida para Trump. Eso se debe a que puede ser difícil para muchos votantes que no conocen los detalles de la saga de los documentos clasificados distinguir los matices de los tres casos. Cuanto más se desentierran estos escondites, y cuantos más altos funcionarios actuales y anteriores del poder ejecutivo están involucrados, más parece que tales descubrimientos no son gran cosa o que todos los involucrados tienen la misma responsabilidad.
Todavía parece haber motivos legales claros para demostrar que la retención de cientos de documentos por parte de Trump cuando dejó el cargo —así como los intentos de impedir su devolución y obstruir la investigación— podrían alcanzar nivel de criminalidad. Pero la controversia cada vez mayor sobre los documentos y las revelaciones sobre situaciones similares que involucran a otros líderes, amenazan con socavar el hallazgo del Departamento de Justicia.
Cualquier cosa que sugiera que Trump podría estar siendo señalado y tratado injustamente, incluso si es infundada, será utilizada por el expresidente para reforzar la idea de que es víctima de una persecución política. Lo que está en juego es especialmente incendiario dada su campaña por la presidencia de 2024.
Trump se apresuró a intentar vincular su propio caso con el de Pence, incluso cuando la Casa Blanca también trató de distanciar a Biden del enredo legal de su predecesor.
Al menos por un día, Trump dejó de lado su furia por la negativa de Pence a bloquear la certificación del Congreso de la victoria electoral de Biden en 2020, lo que llevó a un distanciamiento entre ambos, y se apresuró a defender a su antiguo subordinado leal.
“Mike Pence es un hombre inocente. Nunca hizo nada deshonesto a sabiendas en su vida. ¡¡Déjenlo en paz!!”, escribió Trump en su Truth Social. Mientras tanto, fuentes cercanas al expresidente le dijeron a Zachary Cohen y Kristen Holmes de CNN que creen que la disputa sobre los documentos de Biden y Pence dificulta que el Departamento de Justicia finalmente presente cargos contra cualquiera de ellos.
Los descubrimientos en la casa de Pence sacuden las investigaciones de documentos clasificados
El último giro en el embrollo de documentos clasificados generó una oleada de nuevas preguntas en Washington, que ha quedado paralizado por la saga, incluso aunque no encabeza la lista de las cosas que más preocupan a los estadounidenses fuera de la capital.
Entre las preguntas abiertas, figuran:
¿Ahora también Pence enfrentará una investigación por parte de un fiscal especial?
El fiscal general Merrick Garland ya designó a fiscales semiindependientes para que analicen los casos de documentos clasificados de Trump y de Biden para evitar cualquier impresión de interferencia política. Actualmente, el FBI y la División de Seguridad Nacional del Departamento de Justicia iniciaron una revisión de los documentos de Pence y de cómo terminaron en su casa en Indiana.
¿Pence abrirá su propiedad para una búsqueda por parte del FBI, como lo hizo Biden la semana pasada?
La oficina tuvo que obtener una orden aprobada por la Corte para hacer lo mismo en el resort Mar-a-Lago de Trump en medio de sospechas de que no había entregado todo el material clasificado, a pesar de la citación existente.
Al menos un republicano de uno de los distrito indecisos, el representante de Nebraska Don Bacon, dijo que Pence debería recibir el mismo trato que Biden y que Trump. “Si hicieron un consejo especial para Biden después de que tuvimos uno sobre el presidente Trump, entonces deberíamos hacer las cosas de manera justa; y esto no debería ser algo específico del partido”, dijo a Manu Raju de CNN este martes.
¿Cómo afectarán las revelaciones de Pence a los esfuerzos de la nueva mayoría republicana en la Cámara de Representantes de criticar a Biden?
Los republicanos del Senado y de la Cámara han dicho que hay un estándar para Biden y otro diferente para Trump tras el descubrimiento de documentos clasificados en la casa de Biden y en su antigua oficina en la ciudad de Washington. Pero los descubrimientos de Pence complican esa ecuación. ¿Cómo, por ejemplo, pueden los comités de la Cámara dirigidos por el Partido Republicano investigar al presidente si no toman medidas similares contra Pence?
Tenemos una pista de esto con lo que pasó este martes. El presidente de Supervisión de la Cámara, James Comer, trató de frustrar el intento de la Casa Blanca por comparar lo ocurrido a Biden y a Pence. El republicano de Kentucky dijo que Pence había acordado “cooperar plenamente con la supervisión del Congreso y cualquier pregunta que tengamos sobre el asunto”, una postura que, según dijo, estaba en “marcado contraste” con la del Gobierno de Biden. Pero Comer no dijo una palabra sobre Trump, cuya transgresión en esta área, al menos desde fuera de la investigación, parece mucho más amplia y grave hasta el momento.
¿Puede la Casa Blanca usar la controversia de Pence para desviar la presión sobre Biden?
La fallida estrategia de relaciones públicas de la Casa Blanca se ha interpuesto en su intento por dejar atrás la historia. Varias veces, Biden ha tratado de minimizar el problema, solo para que aparezca más material clasificado de su residencia en las búsquedas siguientes. El goteo de nuevos detalles hizo que el escándalo pareciera aún más dañino para un Gobierno que dice que está restaurando la integridad y la transparencia. Y la gestión fallida del tema también le ha dado a Trump una gran suerte mientras intenta encender su hasta ahora tibia campaña de cara a 2024 para recuperar la Casa Blanca.
¿Otros expresidentes y exvicepresidentes tuvieron problemas con los documentos clasificados?
Dado que los documentos en los casos de Pence y Biden pueden haber sido sustraídos inadvertidamente de la Casa Blanca, ¿es posible que otros Gobiernos hayan tenido un problema similar? ¿Y pedirán los Archivos Nacionales a los excomandantes en jefe que busquen en sus casas y oficinas como medida de precaución?
Representantes de los expresidentes Bill Clinton, George W. Bush y Barack Obama le dijeron a CNN este martes que sus jefes habían entregado todo el material clasificado cuando salieron de la Casa Blanca.
¿Qué tipo de ejemplo están dando Trump, Biden y Pence de todos modos?
Muchos funcionarios gubernamentales de rango inferior tratan la información clasificada con extremo cuidado, al borde de la paranoia, sabiendo que el manejo descuidado o negligente de dicho material, a menudo recopilado con alto riesgo por los activos de inteligencia de EE.UU., podría llevarlos a la cárcel. La controversia actual sobre los documentos extraviados sugiere que ese cuidado no necesariamente llega a la cima de la pirámide. También plantea preguntas sobre cómo se maneja la información clasificada durante las transiciones presidenciales. Luego está el eterno enigma de si el Gobierno estampa “alto secreto” en demasiados de sus registros.
Las revelaciones continuas han causado cierta estupefacción en el Capitolio, donde los legisladores generalmente tienen que ingresar a una instalación segura para leer información secreta.
“Guau”, dijo la senadora republicana de Alaska Lisa Murkowski en respuesta a las últimas noticias sobre los documentos encontrados en la casa de Pence.
“Santo cielo”, agregó Mark Warner, el demócrata de Virginia que preside el Comité de Inteligencia del Senado.
“Hubiera pensado que hace un año, cuando esto comenzó a suceder, cualquiera que tuviera uno de estos trabajos volvería verificaría sus armarios”, indicó.
Jamie Gangel, Evan Perez, Lauren Fox y Edward-Isaac Dovere de CNN contribuyeron a este informe.
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